Pedro Ferrer (Freixenet): «El año 2021 será récord, pero 2022 preocupa por el aumento de costes»
Nos hacemos eco de la entrevista de El Economista a Pedro Ferrer, CEO y Vicepresidente de Freixenet.
«La exportación va desbocada por la anticipación de pedidos para Navidad»
«Aumentaremos la producción de vinos Freixenet porque la hemos agotado»
Pedro Ferrer, vicepresidente y consejero delegado de Freixenet y propietario de Ferrer Wines, afronta 2021 con optimismo tras un 2020 en el que Freixenet aumentó ventas pese a la pandemia, y tiene la ilusión de un nuevo proyecto de la familia a través de Ferrer Wines, que quiere convertir en distribuidora de referencia en España tras incorporar marcas del grupo Henkell Freixenet.
Y es que la fusión de Freixenet con el grupo alemán Henkell ha sentado bien a la compañía catalana. Si bien el grupo Henkell Freixenet redujo un 7,4% la facturación en 2020, hasta 1.195 millones de euros, debido a la pandemia, la marca Freixenet vendió 99,3 millones de botellas en todo el mundo, un 5,1% más que en 2019, y prevé que 2021 sea un año récord, según ha explicado Ferrer a elEconomista.
¿Cuál es la receta para vender un 5% más pese a la pandemia?
La receta es el trabajo de internacionalización realizado desde hace muchos años, que se remonta a finales de los años 70. Reino Unido y Alemania han sido los dos grandes motores de las ventas. Al inicio de la pandemia ya vimos que en España sería imposible compensar las ventas sin 90 millones de turistas, pero fuimos a buscarles a su casa, en sus países.
¿Con qué enfoque? Porque estaban prohibidas las reuniones familiares y las fiestas…
Nuestra presencia en esos mercados es a través de la distribución, más que la hostelería, y el consumo de espumoso no está tan ligado a la celebración como aquí, y se toma mucho como aperitivo. La gente estaba confinada, pero seguía haciendo aperitivos y cenas. Y mucha gente se puso a cocinar, y tras horas de trabajo lo quieres acompañar con productos de calidad. Los turistas que no vinieron a España tomaron Freixenet en Hamburgo, en Munich, en Birmingham…
¿Se resintió el beneficio?
No hablamos de beneficios, pero nuestros socios alemanes tuvieron una actitud muy precavida y conservadora desde el principio, y se pararon inversiones y gastos a la espera de que amainase la tormenta. Se frenó el gasto y se incrementaron las ventas, y eso es bueno para el beneficio.
¿Cómo está funcionando este año?
Este año está funcionando muy bien. El otro día hablaba en una reunión de la Federación Española del Vino y hay un sentimiento de optimismo. Incluso en España, en septiembre los datos ya se acercaban a los de 2019. Hasta ahora España estaba muy a medio camino entre las magnitudes de 2019 y 2020, al 50% entre los dos años, y la exportación va desbocada, y está generando casi una situación de dificultades de servicio, pero las bodegas lo tomamos con prudencia porque responde a la anticipación de pedidos por los problemas del transporte internacional, que están haciendo que los mercados más lejanos, como Estados Unidos y Asia, hayan avanzado compras para no quedarse sin producto en la época de más demanda del año, como es la Navidad. No pensamos que el consumo esté llevando ese ritmo.
¿Tanta demanda hay ahora?
Estamos sobrepasados. Estamos haciendo lo imposible y hemos incrementado turnos, pero lo esperable es que cuando hayamos servido todo, habrá caída de pedidos, hacia noviembre y diciembre; hay que ser realistas, aunque es fácil dejarse llevar.
¿Alguna vez han agotado estocs?
Hace muchos años que no porque el cava desde hace diez años está bastante estancado. Este año de momento no, pero si se mantiene el ritmo actual un mes más o dos quizás sí se agoten. A partir de mitad de noviembre los mercados lejanos estarán abastecidos. Creo que vamos a rozar el larguero.
¿Cómo se prevé la Navidad?
Tenemos razones para un cierto optimismo porque hay ahorro acumulado y la gente quiere disfrutar de la vida. Se vio en verano con los restaurantes llenos, y en vino se están pidiendo botellas más caras.
El año 2019 fue récord de facturación
El año 2021 será récord de facturación para la marca Freixenet, pero habrá que ver qué pasa en 2022, porque el aumento de costes empieza a preocupar: cartón, papel, botellas, energía, logística, etc., todas las empresas están pensando en trasladar este aumento de costes, son incertidumbres.
Freixenet también se está potenciando como marca de vino…
En el extranjero hace años que vendemos vinos bajo la marca Freixenet y funciona muy bien, y este año hemos empezado en España y hemos agotado las 150.000 botellas disponibles, así que aumentaremos producción. La estrategia es focalizarse en pocas marcas, con Freixenet y Segura Viudas al frente. En Segura Viudas estamos trabajando intensamente porque queremos que sea una de las marcas súper premium de cava en el mundo. Es una marca muy potente en Norteamérica: Estados Unidos y Canadá suponen el 75% de las ventas de cava de la marca. Y en Puerto Rico es el espumoso más vendido.
La fusión con Henkell también ha supuesto una reestructuración del grupo, con ventas de bodegas y marcas nacionales e internacionales. En el primer caso, usted con algunos de sus hermanos y Josep Lluís Bonet han adquirido dichas marcas y han creado Ferrer Wines, con sede en Cavas Hill ¿qué objetivos tiene la nueva compañía?
Tras los cambios societarios de 2020, hemos arrancado en mayo de 2021 y hemos traspasado 35 antiguos comerciales de Freixenet. Es una distribuidora con algo de producción (Cavas Hill) y queremos que sea una de las distribuidoras emblemáticas de España, con el foco en hostelería (70%) sin olvidar alimentación.